Antes de las cruciales negociaciones de la COP, los alcaldes tenían un mensaje contundente para los líderes mundiales: los gobiernos nacionales deben llegar a un acuerdo financiero en Bakú. C40 y sus alcaldes también pidieron que las ciudades tengan un papel más importante en los planes climáticos nacionales, o se arriesguen a no alcanzar los objetivos climáticos nacionales.

¿Cuáles fueron los resultados clave?

La COP29 logró su objetivo de llegar a un acuerdo financiero, proporcionando un punto de partida para dar a los países en desarrollo acceso a la financiación. 

Sin embargo, el objetivo de 300 millones de dólares al año para 2035 ofrece poca ayuda a las comunidades de primera línea y no alcanza el fuerte respaldo financiero necesario para los ambiciosos planes climáticos nacionales que se requieren en esta década para cumplir los objetivos del Acuerdo de París.

Los gobiernos nacionales no reafirmaron el compromiso de la COP28 de eliminar gradualmente los combustibles fósiles, retrasando esta acción crítica hasta 2025. Este revés, impulsado por tácticas obstruccionistas de algunas naciones, socava los esfuerzos globales para proteger a las personas y al planeta.

El Reino Unido y Brasil anunciaron contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC) actualizadas que muestran ambición y progreso, incluida la urgente reducción de las emisiones de combustibles fósiles. Otras naciones deben hacer lo mismo antes de la COP30.

¿Qué aporta la COP29 a las ciudades? 

Los desafíos de la COP29 pusieron de relieve por qué es fundamental adoptar un enfoque más inclusivo para abordar la crisis climática, en el que las ciudades y los gobiernos locales se destacan como socios clave para alcanzar los objetivos climáticos globales. Iniciativas como la Coalición para Asociaciones Multinivel de Alta Ambición (CAMPO) para la Acción Climática están demostrando cómo las ciudades pueden ser fundamentales para elaborar planes climáticos nacionales eficaces.

La iniciativa CHAMP, lanzada hace apenas un año, está cobrando impulso. La NDC actualizada de Brasil se destaca por su compromiso con el “federalismo climático”, mostrando cómo las ciudades pueden ayudar a abordar la crisis climática y al mismo tiempo apoyar a las comunidades vulnerables. Los Emiratos Árabes Unidos también mostraron un progreso encomiable al poner a CHAMP en el centro de su NDC actualizada. 

Del mismo modo, el Declaración sobre las vías de acción multisectoriales (PAM) para ciudades resilientes y saludables y la Coalición de Continuidad de Bakú para la Acción Climática Urbana Los resultados lanzados en la COP29 destacan cómo las alianzas entre ciudades, actores subnacionales y gobiernos nacionales pueden cumplir con el Acuerdo de París.

En un contexto geopolítico desafiante, los líderes de las ciudades enviaron un mensaje claro: las futuras COP necesitan un enfoque nuevo, nuevas ideas y un enfoque en la acción.Para proteger vidas, los fondos deben fluir directamente a las ciudades, y las alianzas deben garantizar que el liderazgo demostrado por las ciudades reciba pleno apoyo en la lucha contra el cambio climático.

Negociaciones COP29

Lo que se acordó:

  • Nuevo objetivo financiero global: El objetivo de recaudar 300 millones de dólares anuales para 2035 es un paso adelante, pero aún está lejos de los billones que se necesitan anualmente. Sin embargo, la hoja de ruta de Bakú a Belém ofrece cierta esperanza de cerrar la brecha de financiación.
  • Programa de trabajo de mitigación: Aunque el programa se centró en las ciudades, los edificios y los sistemas urbanos, no logró avances significativos en la reducción de las emisiones ni en limitar el calentamiento global a 1.5 °C. Los intereses de los combustibles fósiles bloquearon cualquier avance real en materia de mitigación y obtuvieron un resultado poco ambicioso.
  • Objetivo mundial en materia de adaptación: Se avanzó en la definición de indicadores para el Marco de los EAU para la Resiliencia Climática Global, y se destacó la salud como un área clave para fortalecer la adaptación y la resiliencia.
  • Mercados de carbono: Tras casi una década de negociaciones, los países acordaron las normas para los créditos de carbono en el marco del Acuerdo de París. Si bien se trata de un paso positivo para reducir las emisiones e impulsar la inversión en las economías emergentes, persisten las preocupaciones sobre la integridad de estos créditos.
  • Fondo de pérdidas y daños: El fondo, lanzado en la COP28, ya está en funcionamiento. Las nuevas promesas de Australia y Suecia han elevado su capital a 800 millones de dólares al año, pero aún está muy por debajo de los 724 millones de dólares que se necesitan anualmente para ayudar a las economías emergentes a hacer frente a las pérdidas y los daños.

Lo que no se acordó:

  • Cómo avanzar en los resultados de la COP28: Los intereses de los petroestados, en particular los de Arabia Saudita, bloquearon cualquier texto que apuntara a los combustibles fósiles. Como resultado, no hubo un compromiso reafirmado con el acuerdo histórico alcanzado en la COP28 de triplicar la capacidad energética, duplicar la eficiencia energética para 2030 y abandonar los combustibles fósiles. El debate se pospuso hasta 2025.
  • Programa de trabajo de transición justa: Los resultados de este programa se pospusieron hasta junio de 2025, en la próxima Conferencia sobre el Clima de las Naciones Unidas en Bonn, Alemania.

Si bien la COP29 dio algunos pequeños pasos en la dirección correcta, todavía queda un largo camino por recorrer. La participación de las ciudades en el desarrollo y la implementación de las contribuciones determinadas a nivel nacional será fundamental para lograr avances basados ​​en la ciencia y centrados en las personas. A través de iniciativas como CHAMP, los líderes nacionales pueden profundizar las colaboraciones con los alcaldes e impulsar acciones climáticas más rápidas, justas y de mayor impacto.

De camino a la COP30 en Belém, Brasil, C40Las ciudades y nuestros alcaldes seguirán presionando para lograr compromisos más decisivos, mayor financiación y un camino claro para que las ciudades lideren la transición justa hacia un futuro sostenible.

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