Actualmente, uno de los sectores fundamentales asociados a la resiliencia de la Ciudad de México es el abastecimiento y manejo del recurso hídrico. La dependencia de fuentes externas de abastecimiento, el aumento de la demanda por la expansión urbana, la sobreexplotación del acuífero y las ineficiencias en el sistema de gestión del agua, generan una situación de vulnerabilidad agudizada por los efectos adversos del cambio climático, como aumento de la demanda de agua, degradación de cuencas áreas y reducción en la calidad y recarga (Oficina de Resiliencia de la Ciudad de México, 2016; SEDEMA, 2014).

Para 2050 se estima una reducción de entre 13% y 17% en la disponibilidad natural de agua para la Ciudad de México. Asimismo, el cambio climático puede incrementar los problemas que enfrenta actualmente la infraestructura hídrica, por ejemplo, a través de menores precipitaciones, lo que está vinculado a cortes de suministro para racionar el consumo y asegurar el suministro del recurso; o períodos de lluvia más intensos, que superan la capacidad de descarga del drenaje provocando inundaciones y afectando la movilidad y la salud pública (SEDEMA, 2014).

En este sentido, la Ciudad de México se encuentra en proceso de diseño de su Estrategia de Acción Climática Local (ELAC) 2020-2040 y el Programa de Acción Climática de la Ciudad de México (PACCM) 2020-2026, que integran la política climática de forma transversal y coordinada en el largo plazo. , mediano y corto plazo, contribuyendo al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 y al cumplimiento de las metas del Acuerdo de París.

En concreto, la política de adaptación de la Ciudad de México estará alineada con los objetivos del Acuerdo de París sobre adaptación y con las metas establecidas en la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) de México. Así, el ELAC y el PACCM tendrán como objetivo reducir la vulnerabilidad y aumentar la capacidad adaptativa de las comunidades ante los efectos del cambio climático (adaptación de base comunitaria – AbC); reducir los riesgos y aumentar la resiliencia de la infraestructura estratégica y los sistemas productivos (adaptación basada en la reducción del riesgo de desastres - RRD), y conservar y utilizar de manera sostenible los ecosistemas y los servicios ecosistémicos que brindan (adaptación basada en ecosistemas - AbE).

La política de adaptación al cambio climático se desarrollará e implementará a través de proyectos participativos e incluyentes, con perspectiva de derechos humanos y equidad de género, buscando reducir los riesgos de las poblaciones y ecosistemas más vulnerables, y promoviendo el desarrollo de capacidades y la transversalización e integralidad de las políticas ambientales y de desarrollo. políticas

¿Qué es la Política?

Específicamente, la implementación de sistemas de captación de agua de lluvia (SCALL) promueve el desarrollo y uso de tecnologías verdes, promueve la educación y concientización sobre el uso y cuidado del agua y garantiza la inclusión de los más vulnerables grupos También reduce los impactos negativos de las inundaciones, garantiza el derecho humano al agua ya la salud y favorece la seguridad hídrica de la Ciudad de México.

Por ello, los SCALL se posicionan como una de las líneas estratégicas de acción en el diseño del ELAC y del PACCM, con el fin de reducir la vulnerabilidad hídrica de la Ciudad de México y fortalecer la construcción participativa e incluyente de la resiliencia.

Enlaces a más información

Oficina de Resiliencia de la Ciudad de México (2016), Estrategia de Resiliencia de la Ciudad de México

Secretaría de Medio Ambiente (2014), Programa de Acción Climática de la Ciudad de México 2014-2020

Beneficios
  • Medio ambiente
  • Salud
Impacto clave
Implementación de sistemas de captación de agua de lluvia que reduzcan los impactos negativos de las inundaciones, garanticen el derecho humano al agua ya la salud y favorezcan la seguridad hídrica.
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